jueves, 24 de noviembre de 2011

La magia de Georges Méliès


“Voilà mon affaire… un truc extraordinaire!”
- Georges Méliès -
El séptimo arte ha encandilado desde su nacimiento a millones de espectadores alrededor del mundo. Por ello no es raro que los primeros asistentes a las proyecciones cinematográficas llegasen a considerar el invento de los hermanos Lumiére y sus actuality films como algo mágico debido a su apariencia realista. Sin embargo, sólo Georges Méliès, de entre todos pioneros del séptimo arte, es reconocido como “mago del cine”. Ser mago y director del Théâtre Robert-Houdin de París tiene sin duda parte de culpa, pero el apelativo le vendrá también de los trucos que aportará a la historia del cine: montaje, efectos especiales y un estilo novedoso con el que probará, según Mast, que “la fotografía en movimiento podía ser el resultado del acto humano de crear”.
En los inicios del cine, el cinematógrafo de los Lumière era una curiosidad científica que se exponía en ferias junto con otros inventos. La gente no iba a ver la película, sino el funcionamiento de un aparato que captaba y reproducía fotografías en movimiento. Y aunque los científicos veían en el aparato un instrumento científico destinado a reproducir fielmente la realidad, ni el mismo padre de los inventores creía realmente en el éxito que acabaría teniendo. “Amigo mío, deme usted las gracias” –contestó Antoine Lumière a Méliès, que ofrecía una pequeña fortuna por el cinematógrafo de sus hijos- “El aparato no está en venta, afortunadamente para usted, pues le llevaría a la ruina. Podrá ser explotado durante algún tiempo como curiosidad científica, pero fuera de esto no tiene ningún interés comercial”.

Afortunadamente, Méliès no desistió tras esta negativa. Como ya hiciera anteriormente para comprar el Théâtre Robert-Houdin (tuvo que vender su parte en el negocio familiar), siguió nuevamente sus impulsos. Ese aparato era el truco que estaba buscando para su teatro, y estaba dispuesto a hacerse con él. Así que viajó a Londres y compró un proyector, el Animatograph, y lo modificó para obtener una cámara-proyector similar al de los Lumière.
Sus primeras películas siguieron el ejemplo de las películas de los hermanos franceses, pero pronto comenzó a grabar cosas más elaboradas, escenificadas y preparadas con anterioridad que integraban decorado, attrezzo y disfraces, distanciándose así del camino seguido por los pioneros en el cine, que grababan escenas del día a día, como 'La llegada del tren' o la 'Salida de los obreros de la fábrica' de los hermanos Lumière.
Os dejo aquí algunas de las obras de este genio y probablemente, uno de los creadores de los efectos especiales en el cine.
'Viaje a la luna' (1902)



'El hombre orquesta' (1900)

'El melómano' (1903)

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